Fueron muchos años de dura lucha para que la sociedad integrara de manera igualitaria a las mujeres. Pero todo lo que se ha logrado al dejar atrás la dominación sobre la mujer. Era casi inimaginable durante la época de la Colonia. Casi se podría decir que la Mujer era una esclava de la sociedad, la familia y las buenas costumbres que la veían como un adorno.
Utilizadas como moneda de cambio para lograr matrimonios ventajosos dentro de la sociedad. El papel de la mujer se resumía en cuidar del hogar, tener hijos y complacer a su esposo o familia.
El deber de una mujer
Era sumamente normal que siempre se hablara del “deber de una mujer” para con su familia, hijos y marido. Los deseos o derechos de la mujer nunca eran tomados en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre su vida o su futuro. Las únicas voces que se tomaban en cuenta eran las del padre y el esposo. Dicho deber se limitaba a tener hijos y lograr un buen matrimonio.
Para un hombre cabeza de familia, el tener hijas era muy poco conveniente ya que por ley no se les podía heredar y se les debía designar una dote para su futuro matrimonio. Se les educaba para ser sumisas a los deseos de los varones de la casa y muchas veces eran consideradas un estorbo o un simple adorno. Únicamente resultaban útiles a la hora de casarles ya que con un buen matrimonio se podía lograr subir el estatus social o la economía de la familia.
La dominación sobre la mujer era tal que ellas no poseían ni voz ni voto sobre sus propias vidas y mucho menos podían expresar sus deseos si estos significaban romper algún estándar impuesto por la sociedad o la iglesia.
La dominación de la mujer durante la Colonia
Durante la Colonia una mujer era esclava de las conveniencias de la sociedad. Si se era de clase alta podía optar por una vida mas fácil. Era normal que poseyera joyas, finos vestidos y muchos sirvientes pero no podían optar por una educación de calidad o tomar decisiones sobre su propio futuro. Casi siempre su comportamiento estaban dictados por la iglesia y sus rigurosos estándares.
Conforme la clase social fuera bajando peor era la situación de la mujer ante la sociedad ya que el acceso a la educación desaparecía. Las oportunidades de un buen matrimonio eran casi nulas y la marginación hacia el “sexo débil” se acrecentaba exponencialmente.
Muchas familias buscaban como ingresar a sus hijas en conventos al no poder conseguir buenos matrimonios para ellas. También eran enviadas a otras casa como niñeras o para el servicio domestico de las familias de clases más altas.
Era muy mal visto y hasta castigable con la excomunión, el deseo por parte de una mujer desear salir adelante por su propio esfuerzo. Según la religión ellas solamente debían preocuparse por dar a luz a todos los hijos que pudiera.
La lucha contra la dominación de la mujer
Fue solo a través de la lucha de muchas mujeres valientes y de hombres que creían en la igualdad de género que con el pasar del tiempo se han ido ganado valiosas batallas en pro de los derechos de las mujeres. Desde el derecho a la educación igualitaria, el voto, tomar decisiones sobre su vida, la brecha de la equidad se ha ido haciendo más corta cada vez.
Lastimosamente aún no se puede asegurar que la dominación sobre la mujer ha quedado en el pasado, pero si se puede decir que día a día se trabaja arduamente para que esto suceda. Cada mujer costarricense tiene por ley todas las oportunidades de superación si así lo desea.